Hola Clara,
En una excavación no hay nada que no sea curioso por el simple hecho de ser descubierto por primera vez y eso es fantástico. Cualquier hueso, trocito de piedra o carbón nos resulta curioso porque es el punto de partida para entender qué pasaba en un momento y lugar concretos.
Por ejemplo, un hueso o un conjunto de ellos, nos dice que animales vivían, si fueron cazados por humanos o comido por otros animales. Los trocitos de piedras talladas nos dan información de cómo elaboraban sus herramientas. Los pólenes nos dan pistas de cómo era el paisaje… y con ésta y otra mucha información elaboramos un escenario completo de cómo vivíamos durante el Paleolítco
🙂
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